ACERCA DEL SALMO 119: Yod
hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
Los que te temen me verán, y se alegrarán,
porque en tu palabra he esperado.
Conozco, oh Señor, que tus juicios son justos,
y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
Sea ahora tu misericordia para consolarme,
conforme a lo que has dicho a tu siervo.
Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
porque tu ley es mi delicia.
Sean avergonzados los soberbios,
porque sin causa me han calumniado;
pero yo meditaré en tus mandamientos.
Vuélvanse a mí los que te temen
y conocen tus testimonios.
Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
para que no sea yo avergonzado."
Salmo 119: 73-80
Hoy no les comparto exactamente una reflexión acerca de estos versos, sólo les digo que no hay mejor oración para un cristiano que aquella que tiene como base la palabra de nuestro Señor...
Reconozco que Tú eres mi Dios, mi creador,
Tú me formaste y yo dependo de Ti, no de mí misma,
hazme entender tu palabra y voluntad,
sé Tú mi maestro.
Que mi vida refleje tu palabra,
para que así aquella sea bendición para otros
y fortaléceme para que en toda circunstancia yo espere en ti.
Tú eres fiel y eres mi Padre,
gracias por las pruebas y los momentos de dolor,
porque ellos me han mostrado tu inmenso amor,
tu grandeza y tus deseos de perfeccionarme
para formar tu carácter en mí.
Gracias, además, porque siempre estás aquí
para ser mi consuelo.
Que tu palabra sea mi mayor deleite cada día,
así viviré disfrutando de tus misericordias.
Quiero meditar cada día en ella y vivirla,
así veré cada día al maligno vencido y avergonzado.
Que me rodeen personas que te teman y te conozcan
para yo ser edificada y así mismo edificar a otros.
Ayúdame a ser íntegra y vivir en santidad,
para que tu nombre sea exaltado y no sea yo avergonzada.
Diana Gutiérrez
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