ACERCA DEL SALMO 119: Dálet

"Abatida hasta el fondo está mi alma; 
vivifícame según tu palabra.
Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
enséñame tus estatutos.
Hazme entender el camino de tus mandamientos,
para que medite en tus maravillas.
Se deshace mi alma de ansiedad;
susténtame según tu palabra.
Aparta de mí el camino de la mentira,
y en tu misericordia concédeme tu ley.
Escogí el camino de la verdad;
he puesto tus juicios delante de mí.
Me he apegado a tus testimonios;
Oh Señor, no me avergüences.
Por el camino de tus mandamientos correré, 
cuando ensanches mi corazón."
Salmo 119: 25-32

Cuando nos sentimos abatidos y desalentados es la Palabra la que nos vivifica y nos levanta. "Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna." (Juan 6: 68)

Cuando nos rendimos al Señor y dejamos nuestra vida bajo su control, Él nos responde y nos enseña su voluntad. "Humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte cuando sea tiempo." (1 Pedro 5: 6)

La petición en nuestro corazón debe ser entender la Palabra de Dios que nos muestra su voluntad, así podremos meditar en ella y en la grandeza de nuestro Dios. Porque cuando entendemos la Palabra, entendemos lo grande y maravilloso que Él ha sido con nosotros. "No se conformen a este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su entendimiento, para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 12: 2)

Cuando nuestra alma está en ansiedad, es la Palabra de Dios la que puede traer paz a nuestro corazón y fortalecernos. "El Señor nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios." (2 Corintios 1: 4)

Todo camino fuera de la Palabra es engaño, ¡que Dios nos libre del engaño! Y Él en su amor, gracia y misericordia, nos concede el entender su Palabra y voluntad. "Tenemos también la Palabra profética más segura, a la cual hacen bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en sus corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo." (2 Pedro 1: 19-21)

Lo mejor es escoger el camino que nos traza la Palabra, que es la verdad, y guiarnos sólo por esa verdad. Esto finalmente significa seguir a Jesucristo, porque Él es la Palabra (Juan 1: 1) y Él es la verdad (Juan 14: 6).

Recordemos que el que confía en Él no será avergonzado, así que si somos obedientes, veremos su victoria en nuestras vidas. "...Todo aquel que crea en Él, no será avergonzado." (Romanos 10: 11)

Corramos en su Palabra, que nuestra decisión sea caminar en obediencia a su voluntad. "¿No saben que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corran de tal manera que lo obtengan." (1 Corintios 9: 24)

Diana Gutiérrez

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