Él escogió los clavos: YO ENTIENDO TU DOLOR

<<La promesa de Dios en la esponja empapada de vinagre>>

"Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo." 2 Corintios 1: 3-5

A través de las escrituras podemos confirmar el consuelo que viene de Dios y la confianza que podemos depositar en Él.

"¡Oh, cielos, canten de alegría!
¡Oh, tierra, gózate!
¡Oh montes, prorrumpan en cantos!
Pues el Señor ha consolado a su pueblo
y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento." Isaías 49: 13

Tenemos un Dios que se compadece de nosotros, Él es consolador. Para el Señor fuimos y somos tan importantes que Él estuvo dispuesto a hacerse como uno de nosotros para que llegásemos a confiar en Él, regalándonos la paz que necesitaba nuestra alma. A Él no le importó la distancia que había entre el cielo y la tierra, Él se vino hasta acá para ganar nuestra confianza.

Ahora, ¿por qué Jesús vivió en la tierra todo el tiempo que lo hizo? Hubiese podido vivir menos tiempo acá, por qué no venir a morir y ya, y luego irse, por qué no estar acá sólo un año o una semana, igual Él era el cordero que necesitábamos... ¿por qué vivir toda una vida?

Esto nos deja ver que Él no sólo tomó nuestros pecados, sino que realmente se puso en nuestros zapatos, probablemente sufrió las quemaduras del sol que nosotros sufrimos o tuvo dolor de garganta, se cansó en sus largas caminatas, tuvo que soportar los malos caracteres de otras personas, etc. Y lo hizo porque Él quiere que confíes en Él.

"Jesús sabía que su misión ya había terminado y, para cumplir las Escrituras, dijo: <<Tengo sed>>. Había allí una vasija de vino agrio, así que mojaron una esponja en el vino, la pusieron en una rama de hisopo y la acercaron a los labios de Jesús. Después de probar el vino, Jesús dijo: <<¡Todo ha terminado!>>. Entonces inclinó la cabeza y entregó su espíritu." Juan 19: 28-30

¿Jesús, el Dios creador, con sed?

Más o menos doce horas antes había sido la última vez que había bebido algo, en la última cena; después de eso, había sido golpeado, abofeteado, cortado, clavado en la cruz y su pérdida de sangre era excesiva, había cargado todos los pecados sobre Él y el pesado madero al que estaría clavado, su garganta y boca estaban secas, Él definitivamente debía tener una terrible sed.

Pero Él era el mismo que había convertido agua en vino, el mismo que abrió el mar rojo, el mismo que detuvo el flujo del río Jordán, el mismo que hizo brotar agua de la roca, el mismo que con una orden calmó la tempestad, y el mismo del que habla el Salmo 107: 35 "Pero también convierte desiertos en lagunas y la tierra seca en fuentes de agua"... El mismo que dio la promesa de Isaías 44: 3 "Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus hijos."

Y lo vemos en la cruz con una terrible sed, además de eso, ya antes durante su vida ministerial lo vemos: cansado en Samaria (Juan 4: 6), perturbado en Nazaret ( Marcos 6: 6), enojado en el templo (Juan 2: 15), además lo vemos dormido en la barca (Marcos 4: 38), y triste ante la tumba de Lázaro (Juan 11: 35)... tuvo hambre en el desierto (Mateo 4: 2) y necesitó amigos en el momento más difícil de su vida, en el Getsemaní (Mateo 26: 36-38).

Él no tenía por qué sufrir sed, tenía el poder para evitarlo, además seis horas antes le habían ofrecido de beber, pero Él lo rechazó:
"Y llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota (que significa <<Lugar de la Calavera>>). Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él lo rechazó.
Después los soldados lo clavaron en la cruz. Dividieron su ropa y tiraron los dados para ver quién se quedaba con cada prenda." Marcos 15: 22-24

Marcos dice que le ofrecieron vino mezclado con mirra, Mateo dice que vino con hiel, tanto la mirra como la hiel tienen propiedades sedativas que adormecen los sentidos, pero Jesús lo rechazó, Él optó por sentir el sufrimiento en toda su fuerza.

¿Y sabes por qué optó por sentirse cansado, por sentir sed, por sentir dolor? Porque sabía que tú también sentirías esto, que tendrías cansancio, que te enojarías, que tendrías hambre, que sentirías dolor, dolor en tu alma, que tu alma estaría sedienta y Él te puede entender, porque optó por vivir como uno de nosotros.

Por lo general cuando buscamos un amigo, procuramos que sea una persona que nos entienda, pues Jesús te entiende a la perfección porque vivió en carne propia las situaciones y tú puedes confiar en Él, Él sabe cómo te sientes, te da su vida y su muerte como prueba, Él se conduele, Él entiende, Él responde.

"Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, Él nunca pecó. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos." Hebreos 4: 15-16

Además Juan 19: 28 dice que "para cumplir las escrituras" Jesús dijo "tengo sed", esto significa que Él se ocupa de cumplir todas y cada una de sus palabras, por eso podemos confiar plenamente en Él. En su muerte Cristo cumplió todas las profecías que de antemano se habían dado sobre este suceso, así que si con su vida no estaban convencidos de que Él era el Mesías, con su muerte Él lo demostró en totalidad.

Su sed mostró una vez más que Él es el Mesías, mostró una vez más que Él puede entenderte y te dice una vez más que puedes confiar en Él.

Siempre necesitamos a alguien más grande, más fuerte y más poderoso en quien confiar y ése se llama Jesús.

Diana Gutierrez
Basado en el libro de Max Lucado "Él escogió los clavos"

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