Jesucristo, nuestro verdadero reposo (Hebreos 4)
"Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás." Hebreos 4: 1
La carta a los Hebreos es sin duda alguna un constante llamado a mantenernos firmes en la fe, esa fe y esa esperanza que hemos puesto en Cristo, y es también una continua argumentación acerca del porqué confiar firmemente en Cristo. En el capítulo 4 de esta carta, se nos habla de la promesa de un reposo para los creyentes, no un reposo como el del séptimo día o el de llegar a poseer la tierra prometida, sino un reposo dado especialmente por el Señor a quienes hemos creído en el Mesías, un reposo en el que estamos por entrar, si nos mantenemos firmes confiando en Cristo, firmes en obediencia. ¿Y cómo esforzarnos por entrar en ese reposo? La respuesta está ahí mismo, tenemos una Palabra viva y poderosa, una Palabra que juzga los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón, así que la tarea es permanecer estudiando y viviendo esa bendita Palabra.
No olvidemos este capítulo, no olvidemos que hay un reposo llamado Cristo, nuestra meta gloriosa, que nos espera, vivamos cada día para su gloria, anhelándolo y amándolo por encima de todo.
"¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre." 1 Corintios 9: 24-25
Diana Gutiérrez
Comentarios
Publicar un comentario